Carrie Bradshaw es la afortunada fusión entre letras, sexo, moda y New York, aquella neoyorquina de cabellera rubia alborotada , quien nos robó el corazón con cada reflexión sobre el amor, la sexualidad, las mujeres y los hombres, con las cuales logró que millones de seguidoras fueran testigos de sus experiencias compartiendo sus mismas dudas y pensamientos sobre la atmósfera de las relaciones de pareja.
Su personaje fue creado por Candace Bushnell quien escribió el libro Sexo en Nueva York el cual en 1998 fue llevado a la Serie de HBO, en la que Sarah Jessica Parker dio vida a Carrie Bradshaw una escritora que a través de su columna semanal escudriñaba las relaciones contemporáneas.
La amante de los «manolos» nos enamoró con sus diálogos cargados de diversión y originalidad, y más de una vez nos dejo encantados con su impecable estilo, pues sólo Carrie podía combinar plumas, flores, lentejuelas y peluche y verse increíble de todas maneras.
Bradshaw poodría parecer a simple vista una mujer frívola, pero no lo es, su personaje es tan humano que es encantador, es simpática, inteligente, la mejor de las amigas, analítica, obsesiva sin poder evitarlo puede pasar días repasando en su mente un suceso hasta el cansancio como cuando se obsesionó con la ex esposa de Mr Big al grado de crear un encuentro para conocerla.
Es pésima con las finanzas pues prefiere ver su dinero colgado en su armario aquel santuario en el que que Chanel, Dior, Fendi , Louis Vuitton, Versace y más engalanaron sus diversos outfits durante la serie.
Carrie nos enseñó que la mejor relación que podíamos tener en la vida era la que tenemos con nosotras mismas, el hecho de encontrar que alguien nos ame, ya es cuestión de añadidura.
La amistad, el amor y el sexo siempre fueron fieles protagonistas de la serie, sin embargo temas como la maternidad, el aborto, la independencia femenina, la soltería, el matrimonio, la homosexualidad fueron mencionados en sus episodios con gran sentido del humor y apertura.
Pero detrás de esa mujer liberada y de mundo que siempre pedía su Cosmopolitan en las fiestas y en los bares, se esconde también una mujer romántica que el fondo buscaba enamorarse de verdad:“Busco un amor. Un amor real. Ridículo, inconveniente, que me consuma, un amor de esos que te hacen pensar que no puedes vivir sin el otro”.
“Yo quería decirle que tenía miedo… Miedo de que él jamás me amara de la forma que yo deseaba ser amadal. Yo temía que tal vez el no tuviera la capacidad de amar a nadie excepto a sí mismo. Yo temía que llegado el momento me rompería el corazón de nuevo… Pero le mentí y solo dije: No me pasa nada.»
“Si el príncipe azul no hubiera aparecido… ¿Habría dormido Blancanieves eternamente en su ataúd de cristal? ¿O tarde o temprano habría despertado, escupido la manzana, buscado trabajo, una buena asistencia sanitaria y un donante del banco de esperma?.»
«Más tarde empecé a pensar en las relaciones. Hay relaciones que te abren puertas a cosas nuevas y exóticas, otras viejas y familiares, relaciones que te hacen preguntarte muchas cosas, relaciones que te llevan a cosas inesperadas, unas te llevan lejos del punto del que saliste y otras te devuelven a él. Pero la relación más emocionante, difícil y significativa de todas es la que tienes contigo misma. Y si encuentras a alguien que te quiera por ti misma, bueno, ¡eso es fabuloso!»
El eterno femenino 
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